Sobre mí

Soy hijo de Ana y Eduardo y hermano de Dolores, María y Nicolás. Desde que dije un día que SI, hace casi 30 años, me convertí en marido de Magdalena y padre de Walo, Bachi, Feli, Javo, Rafa, Benja, Ramón, Juanita y Pedro. Soy desde los 4 años jugador de fútbol, de rugby, de tenis, de padel, de voley, de ping pong y de todo deporte que me haga transpirar.

El Rugby me enseñó a levantarme desde el primer día que me hicieron un tackle y en especial a dar segundas oportunidades, como me las siguen dando muchas personas a mí. Durante 15 años, disfruté, aprendí y siempre dije que SÍ a ser parte de distintos juzgados penales en el Poder Judicial de la Nación. En ese tiempo no tengo dudas de que con los equipos que integré intentamos tener un mejor país.

En el año 2009 se me ocurrió dar una segunda oportunidad a personas privadas de su libertad mediante la práctica del rugby y lo cierto que con el tiempo y con la ayuda de muchísimas personas encontramos la llave para empezar a abrir puertas, a tender puentes, a bajar los prejuicios y a que de un lado y del otro de la reja empecemos a DECIRNOS QUE SÍ.

La obra de la Fundación Espartanos no tiene techo y todos los días vamos por más porque sabemos que es el camino correcto. Los invito a que digan que SÍ, en este caso a las segundas oportunidades.

Hoy por hoy, de a ratos soy abogado, entrenador del equipo de rugby Los Espartanos, speaker motivacional, lavador de platos, fuentes, vasos y cubiertos en casa, chofer de Uber a cualquier hora de la madrugada e infinidad de tareas que seguramente compartamos con muchísimos de ustedes.

Tu vida y la de otros empieza a tener sentido cuando decís que sí. Te invito a practicarlo, ¿te sumás?